El espectáculo del Ford Sierra Cosworth 4x4 no se olvida

2022-08-14 23:39:17 By : Ms. Polly Maggie

Matriculado en Málaga, su historia antes de recalar en Foz y As Pontes es amplia pero este Ford Sierra Cosworth 4x4 del año 1991 guarda la magia de un deportivo de calle que no costaba la millonada de los BMW o Mercedes a  los que superó en circuitos, como también a otras marcas en los rallies. A Sergio Pérez Uceira siempre le llamó la atención de chaval y este lo ha desmontado, pintado y rehecho de arriba a abajo. El motor, con solo 10.000 kilómetros ahora, es la joya de este coche, pulida y engarzada por Cosworth en Reino Unido para que Ford pudiera homologarlo en el Grupo A y seguir sentando cátedra en la competición. 

Corría, agarraba en las curvas  y les salió un deportivos de calle (generalista se decía) que en una presentación en España a la prensa, ya en el ocaso del modelo, quien escribe lo probó siendo  joven en la subida al Teide. Mi nivel de conducción era entonces corto para las prestaciones del Sierra 4x4 blanco y con techo solar incluido pero mi compañero, ex piloto de rallies con los Mini, cambiaba de oído en la caja Ferguson (al principio montaban una de los Mustang) sin tocar embrague. Sí recuerdo la fuerza, el tremendo par motor tirando hacia el exterior de la curva y metiendo el morro hacia el interior al salir. Era menos delicado que el original y ligero tres puertas de propulsión trasera cuyo gran alerón  (para que no volara) se quedó en la retina de los aficionados. Apenas se ven ahora. Cuestan una pasta. 

A nuestro protagonista, con la carrocería sedán de cuatro puertas y el más discreto deflector sobre el maletero, Sergio le forjó el motor y repasó el cambio. Todavía le meterá unos frenos más eficaces (2.000 euros) y amortiguación (otros 5.000), que es independiente y algo dura sobre baches pero una delicia en pisos en buen estado. 

Todavía vemos alguno en los rallies (el de A Mariña inscribió el de los pontenoveses Benigno Martínez e Iván Méndez) y es bastante más espectacular que los Fiesta, Saxo, Peugeot 106 y 206... aunque Sergio lo quiere "como capricho para o verán, facer algunha ruta ou algún ralli de regularidade porque para ir traballar non vale; xa tivera un Seat 124 e son moi afeccionado aos clásicos". Dice que solo lo cambiaría por un Mitsubishi Evo VI pero como esos japos son escasísimos, caros y con volante a la derecha, seguirá gozando de este mito que tantas victorias dio a Francois Deladourt, Didier Auriol e incluso a Carlos Sainz frente a los Lancia Delta Integrale y Toyota Celica.

La clave era un bloque de cuatro cilindros dos litros muy reforzado al que Cosworth dotó de doble árbol de levas y nueva culata 16 válvulas, inyección electrónica y un turbo Garret refrigerado por agua. Los frenos de disco ventilados, las llantas OZ y los doscientos y pico caballos hacían del soso interior del Sierra una ágil oficina para la que se necesitaban buenas manos. "Non é doado de conducir pero o 4x4 si máis predecible có traseira", dice Sergio. Los hubo con 300 CV y una preparación de Tickford con 500 CV pues el de circuitos brilló en el DTM alemán y otros. "Quero conservalo e levalo a algunha proba de regularidade en Asturias", dice Sergio, al que siempre le tiraron los rallies. Y este aparato es un gustazo.