Como Mercedes-Benz lo afirma, su entrañable 300 SL es un coche tan carismático que su figura y sus cualidades han trascendido generaciones y se mantienen intactas en la actualidad. La Gran Manzana fue cuna de leyendas del mundo automotor. Los alemanes la eligieron para presentar acaso su clásico más representativo.
El Gullwing es de esos que se miran y pocos tocan. Así como Ferrari desvela al séquito de adinerados coleccionistas con su 250 GTO, lo mismo genera Mercedes con el legado de su 300 SL. Fue presentado el 6 de febrero de 1954 en el International Motor Sports Show de Nueva York. Un diseño revelador que se lanzó de arranque con su carrocería original.
Esa carrocería fue la coupé, fabricada en serie bajo la denominación W198 hasta 1957 con un total de 1400 unidades. Ese año llegó la versión roadster (descapotable) de la cual se produjeron 1858 ejemplares hasta 1963. En cuanto a su rasgo más identitario, esas alas de gaviota que hacen tan distintivo a este modelo no nacieron como consecuencia de un capricho estético.
El Mercedes-Benz 300 SL es uno de los que marcan el parámetro de la belleza y la elegancia deportiva, un exponente de los clásicos europeos que hoy es noticia cada vez que sale a la venta a través de las prestigiosas casas de subastas. Pero esa belleza que radica en sus dos puertas es producto sin embargo de la disposición de las partes.
Es que la jaula antivuelco diseñada para el modelo restringía el acceso al habitáculo si se utilizaban puertas convencionales, de modo que las de estilo gullwing fueron necesarias. Luego, sí, las alas de gaviota dieron al W198 el reconocimiento internacional. No todo era silueta y carrocería en la vida del 300 SL. Su motor de seis cilindros en línea ofrecía una potencia de hasta 215 cv y una velocidad máxima de 260 km/h. Números fuera de serie para la época.
Los coleccionistas no se apropiaron de su legado del todo. La propia marca le dio la evolución que con los años también hizo del nuevo gullwing una pieza extraordinaria para pocos. Uno de esos pocos en acceder a él fue Muda Hassanal Bolkiah, el Sultán de Brunei.
Mercedes logró unir presente y pasado deportivo con su SLS AMG, la versión moderna del Gullwing de la familia de los Sport Leicht (deportivo ligero). Esta vez, la presentación no fue en New York sino en tierras locales. El Mercedes-Benz SLS AMG se lanzó en 2009 en el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt y significó el retorno de las alas de gaviota en una producción en serie de la marca desde aquel W198 de los 50s.
La carrocería es una evidente modernización pero las puertas recibieron también las mejoras que el nuevo coche merecía. Se despejó aún más el ingreso y la salida del SLS AMG y las bisagras sufrieron una reestructuración para poder escapar del coche en caso de vuelco. Las prestaciones no dejaron de ser respetables para un deportivo de su talla: motor V8 atmosférico de 6.2 litros, 420 kW/571 hp y velocidad máxima de 317 km/h.
El SLS AMG del Sultán de Brunei es un modelo que no falta en la colección del Sultán de Brunei, un moderno alas de gaviota que se luce dentro del garage destinado al fabricante alemán en la Isla de Borneo. Los coleccionistas sienten la imperiosidad de contar con los Gullwings. La dinastía Bolkiah no es la única que cuenta con uno de ellos. Jay Leno atesora en su vasto garaje un 300 SL coupé rojo. “The Gullwing legend”, firma Mercedes, parece que nunca morirá.
Escritor. Licenciado en Comunicación. Experiencia en radio y televisión. Especializado en Ferrari, curiosidades e historias de marcas y lanzamientos de coches. Mantengo un lazo sentimental desde la infancia con el 456 GT 1992.+ info
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